El tiempo es oro. De vuelta a la rutina, a veces, no encuentro el tiempo necesario para cuidar mi cabello como es debido.

Cada vez más largo (aunque menos revoltoso) requiere diversos cuidados para mantenerse sano y crecer fuerte. Estoy contenta con los resultados de todo este esfuerzo, pero de vez en cuando descanso de la que para mi es la peor de las fases: peinarse.

¿Qué hago entonces?


Bueno, no todas las mañanas puedo dedicarme 15 o 30 minutos a peinarme. Y, por eso, he aprendido a hacer flat-twists de dos mechones. La mayor de las ventajas es, que bien hechas, duran 2 o 3 días. Y al soltarlas, es una explosión de rizos sobre mi cabeza. De hecho, ese es un buen momento para hacer un wash&go y, tras este, los rizos siguen ahí :).


Lo bueno, es que es un peinado fácil (enrollar, agregar, enrollar, agregar...) y rápido si las trenzas no son pequeñas, de tal manera que me las puedo hacer a mi misma. Además, con el cabello un poco largo se pueden hacer diversos diseños (o dibujos) y, mejor todavía, ¡no necesito extensiones!

 Y, por si tuviera pocas ventajas, parece ser un estilo bastante protector de las puntas y que fomenta el crecimiento del cabello. ¡Ya sólo me queda perfeccionar la técnica!

¿Qué os parece?