Hijos de padres emigrantes, descendientes de africanos, nacidos, criados y educados entre dos culturas. ¿Somos iguales a nuestros contemporáneos o somos diferentes?


Seguramente somos muy diferentes, tanto de nuestros contemporáneos africanos como de los europeos. No somos de allí, pero tampoco 100% de aquí. Normalmente, somos de mentalidad abierta e infinita, somos una mezcla única de aquello y esto.

A lo largo de nuestra vida,nuestros compañeros han sentido y sienten inagotable curiosidad por saber más de nosotros. Preguntas incansables sobre nuestro día a día con respuestas obvias, preguntas que parecen absurdas.

Y, sin embargo, aquellos que no hemos tenido la oportunidad de visitar el país donde se criaron nuestros padres volar nuestra imaginación, miles de preguntas sobre cómo es aquello, cómo son sus gentes, el día a día y, sobre todo, sobre cómo hubiera sido nuestra vida.


Gracias a nuestros padres conocemos las viejas costumbres, creencias y rituales. Los respetamos, los creemos, los preservarmos, los practicamos... (¿los trasmitiremos?).Pero también conocemos profundamente lo europeo y lo vivimos. Por esto me pregunto, ¿somos los europeos africanos iguales o diferentes a nuestros contemporáneos europeos y africanos?