Va de aquí a allá con su cámara, recorriendo el gran continente africano, capturando sus momentos, sus historias, sus personas. O simplemente fotografía sus paisajes, esculturas, escenas.
Su trabajo es interesante, pero genera intriga. Da ganas de preguntarle a esa señora, qué hace en su vida. O de viajar a esos lejanos paisajes. Qué suerte el poder ver al otro lado del mundo de esta manera.
Las fotos de los bailarines y de los adultos en la escuela pertenecen a Nana Kofi.
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